viernes, 28 de marzo de 2008

La profecía de las Yeguas Rojas

dedicado con amor, al instinto femenino, a la sagrada libertad de las hembras, a las nuevas mujeres...

Ante un peligro, los machos mamíferos de cualquier especie actúan de dos modos básicamente: atacando o huyendo. Las hembras son diferentes. Ante una amenaza, lo primero que hacen es formar un círculo para protejer a las crías.


Un tropel de yeguas rojas avanza...

La luna les canta para que dancen en libertad.

Relinchan y sus caderas comulgan con el viento.

Son mensajeras del espacio infinito.

Sus cuerpos resguardan los misterios dormidos.

En su sangre está la rúbrica del Universo inquieto.

No temen, y corren abriendo senderos,

despertando el deseo en cada Peregrina.

La tormenta se desata, y con ella,

los tambores que impulsan el galope.

El horizonte espera su llegada bendita.

Y cuando lleguen nuevas puertas se abrirán,

serán parteras de nuevos viajes,

unidas a las mujeres libres de la Tierra,

sin mordazas ni cadenas.

Salvajemente femeninas.

Intensamente Hembras.

Yeguas y mujeres cuidarán la Vida.

La luz púrpura de sus vientres

será el nuevo faro para una humanidad huérfana.
En sus regazos se acunarán los miedos.
Sobre sus lomos se hermanarán amigos y enemigos.
Sin riendas que las domestiquen,
Ellas traerán paz y reverencia ante el milagro de estar vivos.


...Un tropel de yeguas rojas avanza...

¿puedes reconocerte en la fuerza muscular de sus caderas?

¿puedes sentir el viento limpio sobre su rostro?

¿puedes gozar de la velocidad de su galope?

¿puedes sentir que eres una con ellas?...



© 2008 by Orquídea

lunes, 24 de marzo de 2008

MEMORIA

Me desvisto del vestido que la noche me ha brindado
descascaro mi sordera,
mi egoísmo
-sin cuidado-

Deshollo mis pieles gruesas hasta quedar descubierta...
sólo un finísimo velo cubre mi desnudez.
Y por un instante me siento cobijada bajo su tenue textura...
Pero en mi tierra las lágrimas están brotando...
no hay refugio conocido para el que está despertando.
La sangre habla y relata
denuncia y clama justicia
no hay fantasmas, sino luchas,
esperanzas y vigilias.

En el silencio profundo se abre la boca del viento
y su lengua enfurecida gesta palabras y voces
que desprenden lo adherido, que descosen las heridas,
las cicatrices se secan y caen- de golpe- al suelo vacío.
El suelo se llena de huecos que la tormenta llena con gritos indescriptibles.
Cuerpos amordazados se levantan de sus tumbas
muertos anónimos enterrados en las sombras
y cada uno levanta su digno nombre
alzándolo hacia la luz del día.

La memoria es un caldero que arde pero no olvida
se transforma, se evapora, pero se aferra a la vida.
La manada es una sola y olfatea las ausencias
que son muchas, que son tantas, y que brillan en presencias.
Los ausentes andan sueltos,
entre puertas
y zaguanes,
siluetas aparecidas,
como guías y guardianes
pulsando como semillas,
fieles luces del sendero.
espíritus,
almas,
dones,
compañeros ...

Mi carruaje se ha averiado.
Mi ropaje se ha caído.
Y como una pordiosera
canto y celebro que vivo.
Soy una más en mis pagos
y me sumo al laberinto.
Entraremos
Buscaremos
hasta curar nuestro nido.
El refugio no es distancia.
La libertad no es olvido.



© 2008 by Orquídea

jueves, 13 de marzo de 2008

Ábreme


Ábreme.
No me dejes intacta.
Entra sin permiso y despiértame.
Móntate en mi espalda con tu peso erecto
Penetra mis cárceles con tu paso firme
Danza en mis desiertos
Bebe de mi vino...
Ábreme
entra sin permiso
no me dejes intacta...





© 2008 by Orquídea